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Los distintos tipos de arcilla

La arcilla es un material natural que está compuesto en su mayor parte por un granulado muy fino de minerales. Su contenido en agua puede variar, lo que afecta su plasticidad (la capacidad de ser moldeable). Una vez se le ha dado forma, la arcilla se puede dejar secar al aire o bien cocerla en el horno para que endurezca.

Existen arcillas aptas para tornear, moldear o modelar según su contenido en chamota (granulado minúsculo de arcilla calcinada). Mientras que las pastas para tornear apenas contienen chamota, o bien es muy fina, las masas para modelar y moldear suele contener distintas proporciones de chamota (del 25 al 40% del total de la pasta). Esto se traduce en distintas posibilidades de conformado: cuanta más chamota contenga una pasta, más firme será su consistencia. El tamaño del granulado se indica en mm y refleja el diámetro de la chamota.

Con arcilla escolar nos referimos a aquellas pastas de modelar en las que la chamota se sustituye por otros granulados de menor coste. Gracias a su excelente relación calidad-precio es especialmente recomendable para principiantes. Además, están disponibles en distintos colores: blanco, rojo, negro… una paleta de colores muy amplia.


Las distintas técnicas de conformado

Existen distintas técnicas para dar forma a la arcilla.

La técnica de los churros o rollos consiste en formar varios churros, montarlos los unos sobre los otros y rellenar las cavidades para dar un acabado liso al objeto.


El proceso de elaboración de piezas de cerámica

Conformado - Cocción - Esmaltado – Segunda cocción

Una vez se ha dado la forma deseada a la arcilla, esta se debe introducir en el horno para su cocción. La impermeabilización de la arcilla requiere siempre una segunda cocción. También es necesaria cuando se aplican esmaltes líquidos, engobes o pintura para porcelana. En este caso la segunda cocción requerirá una temperatura más elevada. Hay que tener en cuenta que la cocción y el enfriado de la pieza suelen requerir 24 horas.

La primera cocción, también llamada bizcochado, es de baja temperatura y se realiza entre los 800°C y 1000°C. El resultado de la primera cocción, el bizcocho, ya no se reblandece cuando se humedece con agua o con esmalte líquido, a pesar de que todavía no es del todo impermeable. Debido a su porosidad, los bizcochos todavía dejan pasar el agua.

Una vez se ha enfriado el bizcocho podemos proceder al esmaltado. El esmalte no solo se aplica con fines decorativos, su objetivo principal es impermeabilizar el objeto sellando los poros con una fina capa que impide el paso del agua. El esmalte también puede cerrar pequeñas grietas que pueden resultar casi invisibles al ojo humano. Hoy en día existen tantos tipos de esmaltes, engobes y pinturas para porcelana, que su función decorativa ha adquirido mucha más relevancia gracias a las posibilidades de diseño que ofrece.

La segunda cocción se lleva a cabo a una temperatura de entre 960°C y 1480°C, dependiendo del tipo de arcilla utilizada. Tras esta, el objeto adquiere su dureza, impermeabiliadd y resistencia a la temperatura definitivas.


Los distintos tipos de esmalte

Los esmaltes líquidos BOTZ se caracterizan por su excelente calidad y variedad: están disponibles en una amplia gama de aplicaciones y temperaturas de cocción.

Nuestro TIP: entre los esmaltes BOTZ encontrarás colores más económicos que se pueden mezclar entre sí.

La pintura para porcelana es apta para arcilla, porcelana y también para bizcocho comprado listo. Las piezas se deben cocer después a una temperatura de entre 1000 y 1250°C grados.


Los hornos de alfarería

La arcilla requiere cocciones de alta temperatura que no se pueden alcanzar con un horno convencional. Existen hornos fabricados y diseñados especialmente para la cocción de piezas de cerámica. Los hornos de cámara Nabertherm ofrecen las mayores prestaciones. Aquí encontrarás una amplia gama de hornos de cámara de distintos tamaños y distintas formas de carga (frontal o superior).


Posibilidades de aplicación

La alfarería es una de las técnicas de fabricación más antiguas de recipientes y objetos plásticos. Se han encontrado vestigios de que hace 26.000 años ya se fabricaban objetos con arcilla en crudo o cerámica cocida. La creación de objetos modelados con arcilla y barro y sometidos a procesos de gestión está estrechamente vinculada con la aparición de la cultura entre los seres humanos.

La arcilla es un material muy versátil que ofrece muchas posibilidades plásticas y de aplicación tanto en la escuela como en el ámbito privado y en el taller de cerámica. También es muy apreciada en los centros de recuperación y rehabilitación, puesto que se trata de un material muy agradable de trabajar que contribuye a reforzar la musculatura de las manos y brazos y a la mejora de la motricidad fina. Además, contribuye a la mejora del autoestima, puesto que permite crear objetos de gran valor estético en unas pocas horas.