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¿Por qué trabajar con fieltro?
Porque funciona, y lo hace a muchos niveles.
Capacidad de concentración: fieltrar requiere movimientos suaves y repetitivos, lo que ayuda a centrarse y mejora la atención.
Efecto calmante y meditativo: en medio del ritmo acelerado del día a día escolar, trabajar con lana ofrece una pausa reconfortante, tanto para el alumnado como para ti.
Motricidad fina: el trabajo detallado con las manos mejora la destreza manual, ideal también para los más pequeños.
Coordinación ojo-mano: al moldear y crear, se refuerza la conexión entre la vista y el movimiento de las manos.
Pensamiento lógico: crear objetos de fieltro requiere planificación y un enfoque estructurado, perfectos para desarrollar el pensamiento resolutivo.
Autoestima y confianza: terminar una pieza artesanal propia genera orgullo y refuerza la confianza en la capacidad creativa.
Perseverancia: el fieltrado requiere tiempo y paciencia. Quien persiste, recibe como recompensa una experiencia de éxito personal.

Aprovecha la oportunidad de trasladar tus clases al exterior y vive junto a tu grupo cómo, con un poco de lana y mucha creatividad conseguirán auténticas obras de arte.